¿Crees que una postura corporal incorrecta no tiene nada que ver con tus dolores, molestias o fatiga?
Intenta hacer este experimento: coge una escoba, sujétalo derecha por el final del mango dejando en el aire el cepillo. Observa el poco esfuerzo que supone mantenerla así siempre que se mantenga derecha. Ahora deja que la escoba se incline ligeramente hacia un lado e intenta sujetarla en esa posición ¿te das cuenta de la fuerza que tienes que hacer ahora para sujetarla? ¿notas cómo se tensan tus músculos? ¿Sientes cómo empieza el brazo a temblarte? Lo mismo ocurre con los músculos de la espalda cuando se agacha o se arquea excesivamente la espalda. El cuerpo quiere ser eficiente por lo que las posturas incorrectas obligan a los músculos a trabajar mucho más.
Ahora piensa, ¿cuántas veces al día miro hacia abajo para revisar mi teléfono? ¿Paso mucho tiempo sentado (a) en la computadora? ¿Manejo mucho rato el auto o la moto? Muchos de nosotros adoptamos, sin darnos cuenta, el mal hábito de encorvarnos en estas tareas diarias, y como resultado tenemos los hombros encorvados y una mala postura.
De acuerdo con la Clínica Mayo una mala postura puede producir:
- Dolor de cabeza porque tensa los músculos de la parte posterior de la cabeza, del cuello, de la parte superior de la espalda y de la mandíbula.
- Dolor de espalda y de cuello. El dolor y la tensión o la rigidez en la espalda y en el cuello pueden deberse a lesiones y a otras afecciones tales como artritis, hernia de disco y osteoporosis, pero la mala postura es un factor frecuente que influye.
- Dolores de rodilla, de cadera y de pies. La debilidad muscular, la rigidez o la falta de equilibrio, la falta de flexibilidad y la mala alineación de las caderas, las rodillas y los pies pueden impedir que la rótula se deslice suavemente sobre el fémur. La fricción resultante puede provocar irritación y dolor en la parte delantera de la rodilla, una afección conocida como «dolor femororrotuliano». La mala alineación del pie y del tobillo también puede desencadenar una fascitis plantar, lo que provoca dolor en el talón.
- Dolor y pinzamiento en los hombros. La tensión, la debilidad o el desequilibrio muscular asociados con una mala postura pueden provocar que los tendones del manguito rotador se irriten y produzcan dolor y debilidad. Una postura encorvada e inclinada hacia adelante también puede provocar que estos tendones se pincen (pinzamiento).
- Dolor en la mandíbula. Una postura con la cabeza inclinada hacia adelante puede tensionar los músculos que se encuentran debajo de la barbilla y provocar que la articulación temporomandibular se sobrecargue. Esto podría generar dolor, fatiga y un chasquido en la mandíbula, además de dificultad para abrir la boca, dolores de cabeza y dolor de cuello.
- Fatiga y problemas respiratorios. Los malos hábitos posturales pueden restringir la caja torácica y comprimir el diafragma. Esto puede reducir la capacidad pulmonar y provocar una respiración poco profunda o dificultosa, fatiga y falta de energía, lo que puede afectar tu productividad general.
¿Qué podemos hacer para corregir la postura de la espalda?
Es importante destacar que las malas posturas se tratan de forma diferente en función de la edad. En el caso de un adulto, podemos actuar sobre estos cuatro puntos:
- Mantener una alimentación sana y equilibrada, ya que el sobrepeso puede generar cambios en la manera de caminar, o de realizar cualquier movimiento, además de ejercer presión sobre la columna vertebral y la espalda baja.
- Realizar actividad física moderada y adecuada a nuestra edad, complementándolo con entrenamiento de las posturas corporales y ejercicios específicos para tonificar los músculos de la espalda y hombros (Ligas qv elastics es una alternativa sencilla, barata, efectiva y segura de fortalecer los músculos) que un fisioterapeuta puede aconsejar.
- Dormir con la postura adecuada, evitando almohadas de grandes dimensiones y procurando dormir con toda la espalda y extremidades superiores apoyadas sobre un buen colchón.
- Uso de correctores de postura, que nos recuerden y ayuden a adoptar una buena postura corporal, retrayendo los hombros hacia atrás.
Este sencillo ejercicio puede iniciarnos en la tarea de adoptar una postura correcta. Coloquemos una toalla enrollada sobre nuestra cabeza y procuremos que no se caiga. Al hacerlo conoceremos las bases para una buena postura ya que deberemos relajar los hombros, mantener alta la cabeza y aprenderemos a inclinarte sin forzar el movimiento. Practiquemos este ejercicio una vez al día durante unos minutos.
Amparo Lozano
Directora
Qualita Vita – qv
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